domingo, 15 de marzo de 2015


Los urbanitas somos criaturas de interior. Pasamos más del 90% del tiempo bajo techo entre trabajo, descanso y ocio. Rodeado de 4 paredes, la arquitectura y el diseño de mobiliario y edificios influye poderosamente en nuestro estado físico y mental. Hay lugares en los que nos sentimos cómodos e invitan a quedarnos. Otros, por contra, nos resultan desagradables y preferimos evitarlos.  

La Teoría del Habitat sugiere que la preferencia por unos espacios se basa en ciertos detalles que nos indican que se trata del lugar óptimo para cubrir nuestras necesidades biológicas.  Así, si buscamos piso en Siberia, ver que no hay calefacción no es precisamente una buena señal. O si estamos mirando una habitación para los niños,  el mobiliario de metal o cristal  y con aristas despertará nuestro recelo.  

Varios estudios de psicología han demostrado que los humanos nos sentimos más cómodos rodeados de objetos con formas curvilíneas que rectilíneas. En base a ello, un grupo de científicos europeos y americanos realizó un estudio de FMRI para investigar el impacto de los contornos-rectos o curvos- en nuestra mente y ayudar a los arquitectos a diseñar espacios más agradables. Se enseñó a los participantes unas fotografías de espacios mientras se monitorizaba su actividad cerebral. 



La investigación confirmó la preferencia por lo curvilíneo. Al ver lugares con formas curvas, se detectó una fuerte activación del cortex cingular anterior, una zona del cerebro vinculada con el procesamiento del placer estético. No se encontró, sin embargo, indicio de que las formas rectilíneas causaran rechazo, aunque se señala que un futuro estudio más profundo al respecto, centrado en los riesgos y no la belleza, sería recomendable. 

A la espera de nuevas investigaciones, la alianza entre arquitectura y neurociencia puede ser muy fructífera y tener aplicaciones en mercadotecnia. Crear espacios más placenteros para el cliente es clave en negocios como la hostelería. Un bar agradable invita a tomar un copa más o recomendar el lugar a un amigo o sacar una foto y compartirla a Instagram.   Un hotel comfortable invita a coger una noche más o dar una puntuación alta en Trip Advisor.



En base a estudios psicológicos se lleva ya tiempo analizando el impacto del diseño de espacios en el impacto en la conducta del consumidor. Se ve en la  organización por secciones de un supermercado, la elección de colores y materiales, la iluminación.  Sin embargo, falta profundizar a fondo en los mecanismos que provocan esas reacciones, algo que permitiría alcanzar un mayor refinamiento a la hora en el diseño de espacios.  La neurociencia tiene la llave. 

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