Renovar su vestuario es un dilema primaveral de Claudia, una joven periodista. Enredando entre escaparates, revistas y blogs de moda se encuentra con unos llamativos pantalones estampados con flores. Le quedan bien y le encantan. Además el precio es razonable. Pero tiene sus reparos. Quizá sean muy llamativos y sus amigas hagan comentarios despectivos. Las dudas se le disipan cuando ve a Ana, su mejor amiga, con ellos puestos. Nada más comprarlos se saca un selfie y lo sube a Instagram. La foto recibe likes de amigas. En a penas una semana las muchas amistades comunes lucen su pantalón estampado.
La historia de Claudia ilustra la mecánica de la moda: un mundo donde lo social y emotivo se imponen a la razón. Como sabemos, las decisiones de compra se guían en gran parte por la emoción y es la tecla que intenta pulsar las marcas en sus campañas. La tarea no es nada sencilla, pues el % de fracaso empresarial-ya de por si alto en el mundo de los negocios- es muy elevado en moda.
Tips para un fashion marketing eficaz
Las investigaciones en neurociencia y psicología han dado algunas pistas útiles sobre los ingredientes de una estrategia de marketing de moda exitosa.
Recuerdo y emoción: poderosa combinación
Es difícil acordarse de lo que comimos hace dos semanas, pero quizá nos resulta más fácil recordar el menú de nuestra boda con total claridad pese haber transcurrido dos años. La razón es que los recuerdos con componente emocional son de mayor calidad y más duraderos. Un estudio de la Copenhague Business School demostró que breves exposiciones a productos de marca de ropa reconocidas producían respuesta emocionales tales como dilatación de pupilas . Las firmas de éxito no sólo son recordadas con facilidad, sino que tienen un alto impacto sensible.
Sin embargo, es vital que el punch emocional puedan ser orientado hacia crear asociaciones positivas. Curiosamente, las memorias con componente emotivo son maleables hasta el punto que se pueden llegar a inventar cosas que nunca ocurrieron. Las investigaciones de Elizabeth Loftus demostraron que la información que acompaña a una foto provoca cambios a la hora de evocar una descripción.
El olfato: ese gran olvidado
El mundo de la moda es un territorio de colores y texturas y se asocia a la vista y tacto. El olfato parece irrelevante a primera vista en este mundo, pero no lo es ni mucho menos a la hora de persuadir. La información captada a través del mismo llega al cerebro en menos pasos-barreras- que las de otros sentidos. Por lo tanto, los aromas son un arma sutil y potente para influir en el ánimo de una persona. Muchas firmas de moda como Zara o Benetton ya son adeptas al scent marketing y lo emplean en sus establecimientos.
Unir gustos contribuye a crear modas
Se sabe que los mecanismos cognitivos del cerebro son bastante homogéneos. Las respuestas emocionales en cambio son personales y presentan grandes diferencias entre individuos, como señala la científica Trinidad Herrero. Todos podemos ver un pantalón, pero puede que unos lo vean coqueto y otros horroroso. Las marcas buscan limar las diferenciales emocionales, de tal manera que los miembros de su target group, sientan lo mismo-con matices- ante sus mensajes.
Hacerse valer gusta
En marketing ser reconocido como valioso por los clientes repercute positivamente en las ventas e imagen de marca. La clave está en la mecanismos de recompensa cerebral. Según el doctor Dar Meshi, ante dos productos de diferente valor percibido, el cerebro siente un nivel de recompensa mayor al obtener el más preciado. Los líderes de opinión marcan tendencia (sobre todo en Internet)
Está de sobra documentado que el criterio de celebrities y expertos influyen en las decisiones de compra. La costumbre de las marcas ha sido emplear a estrellas y maniquíes reconocidas para dar valor a sus productos. Sin embargo, en los últimos años han surgido un nuevo tipo de self-made stars de la moda que triunfan a golpe de Instagram y cuentan con cientos de miles de seguidores. Sus fotos parecen más naturales pero esconden un gran negocio. Estrellas como Danielle Bernstein pueden cobrar 15.000 $ por una foto en Instagram.
Redes sociales: arma de validación masiva
El social media funciona como un termómetro de popularidad. Da a pie a alimentar el ego validando lo que hacemos. El feedback positivo de nuestro entorno activa el nucleus accumbens, parte del sistema de recompensa, y hace de Facebook o Instagram plataformas adictivas.
La autoimagen depende en parte por lo que los más cercanos piensen de nuestra indumentaria. No es de extrañar por lo tanto que las marcas de moda apuesten con fuerza por las redes sociales.
E-commerce: el escaparate online a examen
Internet es un mercado en ascenso para la moda y las cifras lo demuestran: en España la ventas del sector en la red aumentaron un 32% en 2013. A parte del trabajo de SEO y SEM, el diseño de las páginas web es decisivo. La tecnología de Eye Tracking junto con la analítica web permite evaluar con precisión el impacto. Se sabe que en un entorno de decisiones rápidas el nivel de visual salience-capacidad de sobresalir visualmente en el entorno- de elementos del layout como el color es un gran gancho. En Internet, un mundo donde la atención es fugaz, las marcas tienden a emplear fondos sencillos y poco texto para que los productos resalten.
Dónde formarse
Desde la perspectiva del neuromarketing, la moda es una disciplina fascinante a la par de compleja. Implica aspectos como la percepción, la atención, la memoria y la comunicación. Para los interesados en una formación combinada de neurociencia, psicología y moda coger un avión a Londres es una excelente opción. El London College of Fashion es un centro pionero en aunar disciplinas tan dispares. Además cuenta entre su profesorado con gente como Carolyn Mair, una investigadora con un pasado de visual merchandiser.
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