viernes, 24 de marzo de 2017



Nuestro acento da sentido y vida a cada una de nuestras palabras. Es la paleta de colores con la que pintamos nuestra voz. A través de sus pinceladas sonoras se trazan paisajes de ideas y sensaciones en el lienzo mental del oyente. La publicidad lo sabe y ha prestado atención a los acentos en sus ejercicios persuasivos cotidianos. Ahora, gracias a la investigación en neurociencia y psicología,  se ha abierto la puerta para una utilización más precisa de los mismos.  Pero,¿qué acentos son más persuasivos?


Preferencia por la acento natal


 Por norma general,  los seres humanos solemos preferir oír voces en nuestra lengua, sobre todo si son en nuestro acento

La razón hay que buscarla en nuestra infancia. Nuestra capacidad para  la comprensión oral se desarrolla en base a la lengua materna,  concretamente la variante de nuestra tierra natal, que tiene unos matices vocales particulares (Khul, P. et al., 2006) .  Nuestra mente se configura para descodificar sonidos con un rango determinado de características acústicas y prosódicas.  Si se trata de sonidos fuera de esas coordenadas acústicas, podemos desarrollar cierta miopía sonora ante ellos y no escucharlos bien. ¿No te has fijado como a los japoneses les cuesta pronunciar la  "r" fuerte del español? Es porque ésta no fue parte de su repertorio de sonidos al comienzo de su infancia y, por lo tanto, lo encuentran más difícil de descodificar. 

Como resultado, los mensajes expresados en nuestro acento resultan más fáciles de comprender y curiosamente, más verosímiles (Lev-Ari,S y Keysar, B., 2010). Por el contrario, es probable que los expresados en otros acentos resulten más difíciles de procesar y tengan el efecto contrario, particularmente si se trata de hablantes no nativos 



Acentos y universos conceptuales

Pero, ¿acaso no hay excepciones? ¿No existen acentos extranjeros que nos resultan más atractivos? 

La raíz de este fenómeno es cultural.  Debido a nuestra experiencia vital, asociamos las identidades nacionales con ciertas ideas, a veces negativas y otras veces positivas. Así es como asociamos a los noruegos con la honestidad y transparencia y a los italianos con la diversión y el amor a la fiesta. Cuando reconocemos un acento, estas asociaciones se activan. El acento resultará más atractivo o persuasivo en tanto en cuanto las asociaciones mentales que activa en el contexto sean positivas.   Así será como un noruego resultará más convincente al vendernos una hipoteca y un italiano más persuasivo al animarnos a acudir a una fiesta. Los test de IRT son ideales para indagar en las percepciones culturales.

Lecciones para publicidad 

Por lo tanto, a la hora de elegir voces o actores para nuestro anuncio, tenemos que pensar en el producto o la marca. Imaginemos posibilidades para una audiencia española. 
- ¿Producto made in Spain añadiendo un tono de humor? Acento andaluz. 
- ¿Clases de salsa? Acento latino.
- ¿Curso de inglés? Acento inglés.

Resumiendo: ten en cuenta los universos conceptuales y el acento de la tierra natal de tu audiencia a la hora de poner voz a tus anuncios.


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